lunes, 22 de diciembre de 2025

 LA PLANIFICACIÓN ESTÁTICA DE LA CONTEMPLACIÓN SIN ACCIÓN

El diagrama de Gantt no es suficiente porque aunque es genial para visualizar cronogramas, tareas y dependencias, puede volverse complejo y abrumador en proyectos grandes, no muestra la asignación de recursos ni el progreso en tiempo real, y no captura todos los detalles (como archivos, notas) necesarios para una gestión diaria completa, requiriendo otras herramientas para una visión holística del proyecto, en síntesis es una herramienta de planificación y control de cronogramas no el plan completo del proyecto.


Pero ¿Qué pasa cuando el cronograma se termina, se gasto todo lo planeado y ya los grandes jefes quieren inaugurar?  

Es en este contexto que cobra importancia el seguimiento y monitoreo, entendiendo que un diagrama de Gantt sin seguimiento y monitoreo es solo una planificación estática, una hoja de ruta visual de tareas y tiempos pero pierde su valor principal como herramienta de gestión activa porque no permite ver el progreso real, identificar retrasos, gestionar recursos en tiempo real, detectar dependencias problemáticas ni colaborar eficazmente para cumplir los objetivos del proyecto, convirtiéndose en un cronograma desactualizado que no se adapta a los cambios. 

 ¿Qué es un Diagrama de Gantt (con seguimiento)?

  • Visualización: Muestra tareas, duración, fechas de inicio/fin y dependencias en una línea de tiempo.
  • Planificación: Ayuda a organizar y programar proyectos.
  • Seguimiento (Progreso): Se sombrean las barras para indicar el % de finalización, se marcan hitos y se ven solapamientos.
  • Monitoreo (Control): Permite ver retrasos, gestionar recursos, y cómo un atraso afecta a tareas futuras, facilitando la intervención temprana.
  • Herramienta: Se integra con otras funciones como asignación de tareas, gestión de costos y colaboración. 

¿Qué pasa si le quitas el seguimiento y monitoreo?

  • Solo es un plan inicial: Se convierte en una lista de tareas y fechas, útil solo al principio.
  • No hay control: No sabes si realmente se está cumpliendo lo planeado.
  • Ignoras desviaciones: No detectas retrasos ni problemas hasta que es demasiado tarde.
  • Pérdida de valor: Pierde su capacidad de guiar activamente al equipo y coordinar esfuerzos. 

En resumen:

Un Gantt es fundamentalmente una herramienta de planificación y control, sin el seguimiento y monitoreo funciona a medias, como un mapa sin GPS que no te dice si ya llegaste o si hay un atasco, limitándose a mostrar cómo deberías avanzar no cómo vas

jueves, 18 de diciembre de 2025

Cuando el problema no es la falta de recursos, sino de una adecuada gestión para dar soluciones

Casi siempre creemos que en la mayoría de los estamentos públicos lo que falta es plata y recursos, pero si revisamos a profundidad nos daremos cuenta de que el verdadero obstáculo es la mala gestión, la planificación deficiente, la falta de voluntad, corrupción, o la incapacidad para implementar soluciones efectivas, a pesar de tener el capital, talento o herramientas disponibles, lo que impide la acción y la materialización de resultados concretos. 

¿Pero entonces, qué significa realmente que no es falta de recursos?

·        Mala Administración (Gestión): Hay dinero o herramientas, pero no se sabe cómo utilizarlos eficientemente o se malgastan en proyectos ineficientes, como ocurre a menudo en diferentes niveles de gobierno con proyectos de colegios sin culminar, puentes que demoraron años en construir y se caen en pocas semanas, hospitales paralizadas, sobrevaloradas, para dar un simple ejemplo, en el Perú, hay numerosos hospitales importantes aún sin terminar o paralizados, como los de Cusco (Antonio Lorena), Camaná, Andahuaylas, Casma, Recuay, y en regiones como Junín (Satipo, Pangoa), Piura y Arequipa (Goyeneche, Marita Campos), afectando la atención al paciente debido a problemas de corrupción, mala gestión, adendas contractuales, y falta de presupuesto o supervisión, con obras que presentan avances parciales (a veces bajo el 60%) y se han detenido por años, a pesar de las grandes inversiones y la necesidad urgente de servicios de salud adecuados.

ü  Hospital Antonio Lorena (Cusco): Paralizado por sobornos a la constructora brasileña OAS.

ü  Hospitales en Áncash (Casma y Recuay): Obras suspendidas indefinidamente, con presupuestos disparados y sin responsables claros, según.

ü  Hospitales de Junín (Satipo, Pangoa, Pichanaki): Con avances mínimos y deficiencias técnicas y de ubicación de terrenos.

ü  Hospitales de Piura (Los Algarrobos y Ayabaca): Detenidos por más de tres años, con deterioro por humedad y falta de servicios básicos.

ü  Hospitales en Arequipa (Goyeneche y Marita Campos): No concluidos, con pacientes en pasillos, y retrasos debido a problemas contractuales y deficiencias en expedientes.

ü  Hospitales de Alta Complejidad (Sinohydro): Siguen paralizados bajo la gestión de la empresa china Sinohydro.

  • Falta de Planificación: No hay estrategias claras ni visión a largo plazo para usar esos recursos, llevando a improvisación y resultados pobres, donde solo les importa la gestión del gobierno de turno.

Como diría Elizabeth Añaños, egresada de arquitectura y ex viceministra de Vivienda y Urbanismo el desarrollo urbano no es sólo construir numerosos hospitales o colegios, sino detenerse a pensar y evaluar dónde se deben hacer para tener un enfoque territorial. “Estamos atrasados en desarrollo urbano. La profesión de urbanismo la tenemos, el problema está en la implementación de ella porque no forma parte de la agenda pública. No se valora que el urbanismo sea una estrategia para reducir brechas”

  • Problemas de Ejecución: Se sabe qué hacer, pero faltan los equipos técnicos, la voluntad política, o en otros casos hay burocracia excesiva para concretar las ideas o peor aún lugares donde hay un poco de todo.

De la información recibida por las unidades orgánicas de la Contraloría General de la República, del Sistema Nacional de Información de Obras Públicas (Infobras), así como del Sistema de Seguimiento de Inversiones (SSI), Sistema Integrado de Administración Financiera (SIAF) y el Inventario de obras públicas paralizadas del Banco de Inversiones, en todo el territorio nacional se cuenta con un total de 2215 obras públicas paralizadas, en los tres niveles de gobierno, por un monto inversión superior a los S/ 42 mil 325 millones; de los cuales falta ejecutar un saldo de más de S/ 20 mil 717 millones, al 30 de setiembre del 2025.

  • Prioridades Incorrectas: Los recursos se destinan a áreas menos urgentes o a intereses particulares, descuidando necesidades básicas, seguimos teniendo autoridades ciegas que sigue ejecutando proyectos en remodelaciones de parques cuando la población ni siquiera tiene agua potable o electrificación.
  • Corrupción: Los fondos destinados a un fin son desviados, impidiendo que lleguen a su destino y generen impacto. Recordemos que solo al primer trimestre de este año, al cierre de marzo del 2025, la Procuraduría Pública Especializada en Delitos de Corrupción (PPEDC) registró 57,691 (cincuenta y siete mil seiscientos noventa y uno) casos en materia penal, los departamentos de Lima, Cusco, Junín, Ancash y Loreto concentran el 46,34 % del número de casos a nivel nacional.
  • Falta de Capacitación: El personal o los líderes no tienen las habilidades necesarias para manejar los recursos o implementar proyectos. 

En resumen: No es que no haya nada, sino que la capacidad de transformar esos recursos en soluciones reales es lo que falla, cambiando el problema de "escasez" a "ineficiencia" o "mala gobernanza". 


viernes, 12 de diciembre de 2025

 La limitada Planificación Pública cuando cae en la "fiebre de gastos" de fin de año, un fenómeno estacional en la gestión pública.


Si revisamos el marco teórico nos dice que la planificación en el sector público es una herramienta fundamental de gestión que permite a las entidades gubernamentales establecer prioridades, definir objetivos a mediano y largo plazo, y utilizar los recursos de forma eficiente para lograr resultados que beneficien a la ciudadanía, lo cual suena tan razonable, pero la pregunta que resuena todos los años es porque siempre en los diversos niveles de gobierno recién en noviembre o diciembre inicia la preocupación por acabar todo, porque todos se contagian de la fiebre de gastos donde se comienza a perder de vista la eficiencia y solo nos interesa saber de la eficacia de haber cumplido al 100% sea como sea.




Pero porque aparece esta fiebre, si podemos hacerlo desde enero verificando los  objetivos, materializándolos en sus nuestras metas físicas y metas financieras, monitoreando su avance porcentual mensual, el cual es similar cada año y que debiera ser el mejor parámetro de cómo estamos avanzando o como nos estamos quedando relegados.

 Pero si bien con esta limitada planificación se pierde de vista la eficiencia en la adquisición de bienes, en la contratación de servicios, imaginen el alto costo en la ejecución de obras de inversión, con obras aceleradas, valorizaciones incompletas, paralizaciones, sobre costos, retrasos, con una alta repercusión social haciendo un ineficiente uso del gasto público.

Pero ello no nos debe cegar, porque una planificación excesiva puede dilatar el tiempo postergando innecesariamente la ejecución y una planificación muy apresurada puede dejar detalles importantes librados al azar que también terminarían perjudicando la correcta ejecución.